Dillom: "Tengo una postura bastante libre del amor" – GENTE Online
 

Dillom: "Tengo una postura bastante libre del amor"

A los 23 años es uno de los músicos emergentes de mayor crecimiento en el país. Con suceso en gran parte de Latinoamérica y una inminente gira por Europa, acaba de lanzar Por cesárea, un álbum con colaboraciones de Lali Espósito y Andrés Calamaro que viene posicionándolo en lo alto del ranking global. Personal, distinto, controvertido, sin embargo así se define: "¡Soy difícil de odiar!".
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El celular con el que Dylan León Masa (23) llega al estudio de Grupo Atlántida muestra un peculiar detalle: un sticker de él junto a Mirtha Legrand en Los Personajes del Año 2023. "Ya es una amiga", bromea sobre su encuentro con la diva de las mesazas, a quien Dillom -como lo conocen sus amigos y fanáticos- se animó a pedirle una foto que se volvió viral en redes sociales.

"Para esta producción, ¿podría no verse ninguno de los tatuajes de mi cara?", pidió, detallista, el músico, dejando librado a la magia del maquillaje uno de los grandes detalles estéticos que lo caracteriza. Un detalle que, horas luego, ya frente al grabador de la periodista, fue tema de arranque de la entrevista...

–Se te conoce por tu música provocativa, que atraviesa temas densos. Sin embargo, durante la producción fue como que abandonaste ese personaje artístico. ¿Sos un romántico, al fin? ¿Qué hay bajo la lupa de ese chico que posó a pura creación y diversión?

-(Risas) Sí, yo creo que sí son un romántico. Me mando muchas cagadas, pero cada tanto sí. Porque también tengo mis detalles lindos. Así que es difícil odiarme. ¡Soy difícil de odiar!

Dillom, la nueva tapa digital de Revista GENTE.

–¿Y cómo sos respecto al amor?

–La verdad es que tengo una postura bastante libre del amor. Soy una persona muy independiente y tengo una vida muy agitada, en la cual conozco mucha gente por día. Recibo muchas propuestas, muchas cosas para hacer, y entiendo también que es difícil estar con alguien como yo. Porque el otro se tiene que fumar todo eso, ¿no?

–¿Qué buscás en las relaciones?

–A alguien para pasar el rato, para pasarla bien, un compañero en la vida. Y después soy bastante liberal en el sentido de que no me importa si estás con otro, me da igual. Sé que es complicada en general esta postura pero bueno es como me gusta a mí relacionarme.

-¿Esto sería todo lo contrario a lo que planteas en tu nuevo disco, Por cesárea, ¿no?

-Sí. Por eso yo digo que quizá la gente que lo escucha sin conocerme debe pensar que soy un loco de mierda, un enfermo, un celoso tremendo, cuando en realidad ese tipo es lo más alejado a mí. Así que también fue bastante loco hacer el laburo de ponerse en el papel de una persona así, porque yo no lo soy.

-¿Y cómo se te ocurrió plantear este escenario?

–Quizás escarbé en lo más profundo de mi ser. Porque bueno todos tenemos pensamientos así, medio oscuros. Hay veces que algo te da celos, ¿viste? Y no lo decís porque no da, pero obviamente todos tenemos esa parte. Tampoco soy Gandhi. Fue como agarrar los pensamientos más oscuros, sacarlos a la luz, profundizarlos y ponerlos en debate.

La profunda frustración antes de crear el disco Por cesárea

“Yo tenía una historia y quería contar esa historia. Así que podría decirse que el disco es una mezcla de cosas que me han pasado... Aunque me tomé algunas licencias para cambiar los finales. Por ejemplo, me vi en varias situaciones de mi vida que actué de cierta manera, pero me desafié: '¿Qué hubiera pasado si hacía esto?’, comienza a explicarle Dillom a GENTE cómo surgió la idea sobre este tenebroso mundo creado para el álbum Por cesárea, que acaba de parir.

Estrenado el viernes 26 de abril, el disco ya cuenta con más de cinco millones de reproducciones en Spotify. Los factores para este rotundo éxito se encuentran relacionados a la gran expectativa que tenían los fans de Dillom, quienes desde hace dos años esperaban más contenido tras el furor con Post mortem, con el que obtuvo más de 24 premios nacionales e internacionales. 

En su búsqueda por salir del encasillamiento de ‘joven trapero’, Dillom suma en su flamante trabajo colaboraciones con artistas argentinos como Lali Espósito y Andrés Calamaro. Ello más su inspiración a la hora de abordar temas aún tabú para la sociedad como el suicidio, las adicciones y la muerte, que lo han atravesado. 

"Muchas canciones nacen también de pensamientos oscuros que uno tiene por ahí guardados y no sacás afuera en la vida real, ¿no? O sea, por ahí pensás ‘a este lo quiero matar’, pero no vas y lo matás. Entonces está bueno en las canciones acudir a eso también. Aparece quizá allí como un mundo paralelo en el que yo tomé todas malas decisiones y no tuve nada de suerte", analiza.

A su vez, reconoce que Por cesárea nació en un momento de profunda frustración personal. "Pensé que iba a ser un proceso de producción mucho más corto. Pasa que yo venía muy frustrado, no me salía nada y lo que salía no me terminaba de convencer. Había pasado seis meses del lanzamiento de mi anterior disco, que había ganado mucha fuerza, y me preguntaba: 'Uy, ¿con qué salgo ahora?'".

Y se responde: "Pero un día me bajó la idea de una y me puse a escribir el guión de la historia. Fue ir buscando el sonido de todo eso y cómo contar esa historia. Por eso digo que se trató de un proceso largo, ya que el disco también toca partes bien oscuras. Es un personaje frustrado con el que seguro muchas personas se sientan identificadas", da pie a la siguiente pregunta.

-Y vos, ¿con qué cosas de la vida a veces te sentís frustrado?

-Me pasa como a todos. Pero uno siente que con los años -o eso quiero creer yo- va aprendiendo a saber manejar la frustración y no tirar todo a la basura porque no te está saliendo nada o no te está saliendo cómo querés. Hay momentos y momentos. Por ahí sólo no te encontrás inspirado, o sentís que la inspiración no va a volver nunca más, que ya está, que te tenés que dedicar a otra cosa. Pero bueno, hay que hacer todo un trabajo mental para salir de eso.

-¿Qué rol juegan los haters de las redes sociales en esos procesos por momentos de frustración?

-Bueno con eso también tuve que hacer un laburo interno, aunque, la verdad, te aseguro, no recibo tanto hate. Igual, te soy sincero, no les doy bola. A veces son tan hirientes que hasta me llegan a hacen reír y pienso: "¡Mirá este hijo de p... lo que me dice!".

-¿Nada d elo que se diga ahí te lastima?

-Como te decía, hice un laburo para alejarme de eso y también para soltar un poco la opinión de la gente. Por ejemplo, sabía que iba haber mucha expectativa con este disco, y sabía también que si quería llegar a cumplir las expectativas de todos me iba a volver loco. Así que me planteé cumplir mis expectativas, que ya eran un montón, y después que sea lo que tenga que ser.

Su amistad íntima con Andrés Calamaro

Pese a que las nuevas generaciones como Dillom deben enfrentarse diariamente a las críticas y comparaciones con las “viejas épocas”, la realidad indica que dentro del mundo artístico cada vez son más las fusiones y colaboraciones que se vienen dando entre artistas de las distintas generaciones. Tratando dar a entender que es posible la convivencia entre unos y otros, una prueba fehaciente es la amistad que se fue consolidando entre Dillom y el legendario Andrés Calamaro, a partir del tema Mi peor enemigo, que ahora comparten.

"Trabajar con él fue muy fácil porque es un talentoso de la puta madre -afirma el joven músico-. Una persona de una tremenda facilidad para escribir cosas increíbles. Todos flasheamos cuando vino al estudio. La gente más grande de mi equipo no lo podía creer: ¡Lo escucharon toda la vida! Obvio que yo también, pero ellos lo filmaban y me decían que sentían que estaban 'presenciando historia'", recuerda Dillom sobre el primer día en el que se internaron en el estudio con El salmón a crear su colaboración.

-¿Cómo empezaste a hablar con él?

-Hace más o menos dos años me enteré de que me había tirado buena onda por Twitter. Me lo compartieron unos amigos. Yo ni sabía que era su cuenta, porque es anónimo. Entonces, le mandé un mensaje al privado agradeciéndole. Así empezamos a pegar buena onda. En un momento, mientras Andrés estaba viviendo en España, yo hacía mi primera gira por Madrid. ¡Y me invitó a su casa! Pasamos toda la tarde ahí, cagándonos de la risa. Comimos un asado e intercambiamos los números. Así que ahí empezamos a charlar mucho más seguido por WhatsApp. Por eso que ya hacía bastante tiempo que teníamos pensada la idea de hacer algo juntos.

-¿Qué consejos te dio?

-Varios. Fue justo cuando yo estaba en este momento de frustración que te comentaba, cuando no se me ocurría nada... En este viaje se me ocurrió la idea de la historia que quería contar... Me acuerdo que yo le conté que estaba bloqueado. Y me dijo: "No pasa nada. A todos nos ha pasado. No sé si te sirve, pero yo te puedo mandar cosas que tengo escritas...". Y me mandó párrafos y párrafos de cosas escritas. Yo las leía no sólo como para tomar una inspiración y ya, sino para entender un poco cómo funcionaba su cabeza, cómo es su fórmula, por así decirlo. Y me sirvió bastante en ese sentido.

-¿Y cuál es tu fórmula a la hora de componer?

-La verdad es que no la tengo y no sé si me gustaría, porque siempre que tengo una fórmula suelo destruirla. Básicamente es como que a todo lo que funciona siempre le termino diciendo: 'Listo, hasta acá llegamos, así no lo quiero tocar más'. Me ha pasado con mis temas más populares, como el de la Bizarrap Session, ¡no la quiero tocar más! Quizá cualquier otra persona en mi situación prefiere: ‘Es mi tema más escuchado y lo toco’. Pero a mí eso me aburre rápido, no me gusta. Entonces no sé realmente si tengo una fórmula. Sí tengo cosas que se me brindan más facilidades, algunos terrenos en lo que sé que me puedo destacar más, algunos puntos fuertes.

–¿Dónde, cuándo y cómo escribís?

–Generalmente en el estudio, cuando venimos haciendo la música. Muy de vez en cuando en mi casa, o escribo en el auto o en el avión alguna idea que se me viene. Son cosas que me resuenan y quizá después sirven para una canción... o quedan ahí como si nada.

Entre enojos y juegos de palabras

Desde hace algún tiempo dentro de su performance sobre los escenarios Dillom acostumbra a transmitir sus pensamientos sobre la situación del país y sus gobernantes. Su última reacción más viral se dio durante el Cosquín Rock cuando, reversionando Sr. Cobranza, la canción de la Bersuit Vergarabat, pronunció una frase sobre el ministro de Economía del gobierno de Javier Milei: “A (Luis) Caputo en la plaza lo tienen que matar”.

Más allá de que el comentario le significó una denuncia por parte de Jorge Monastersk, el abogado de Caputo, un nuevo capítulo se sumó a la polémica, a partir de la canción Buenos tiempos, que Dillom incluyó en Por cesárea. Explica el músico:

"Sí, muchos piensan que el juego de palabras del estribillo -'El día que muera moriré en mi ley"- se refiere al actual presidente de la Nación, Javier Milei. Pero no. Lo escribí porque me gustaba como quedaba conceptualmente, y bueno, también vi que tenía un gancho extra, con el que parece que estoy hablando de Milei pero en realidad no. Pero bueno dije: 'Esto va a ser medio un click y muchos se van a enganchar'. La gente que me sigue ya sabe mi postura y quizá quise hacer un guiño, pero no era mi intención decir explícitamente eso", afirma.

-¿Te tomarías un café con Milei?

-Obvio. Con cualquier persona me tomaría un café. Con él sería una buena charla. Hay varias cosas para decirle.

-¿Por ejemplo sobre sus dichos contra colegas tuyos como María Becerra y Lali Espósito?

-Mirá, respecto de eso, sacando que ellas son artistas, él se la estaba agarrando con un ciudadano. Y me parece bastante penoso, rebajarse bastante, ¿no? Y por otro lado me parece que es horrible, porque es una forma de violencia también

-¿Te gusta la política o te gusta sólo hablar de temas sociales cuando lo creés necesario?

-Hay algunas cosas que me gustan de la política y otras cosas que no. Me interesan más las dinámicas del poder. Eso es lo que más me atrapa de la política, como para estudiarlo. Pero la política en sí, no. Al noventa por ciento de los políticos los detesto y el resto me dan exactamente lo mismo. Yo tengo algo más que nada social. Lo que pasa es que cuando saltás a hablar de política, ya hay gente que te posiciona en un lugar. Y quizá salto a hablar de algo porque es un reflejo social. Como "che, esto que está pasando es una mierda". Porque lo ves en el día a día, en la calle, en los seres queridos. Ahora puedo decir que yo estoy en una situación privilegiada, pero tengo mucha gente cercana que está sufriendo lo que pasa. Es lo que a veces me hace decir algo, hablar de esta realidad, dar mi grano de arena.

Su infancia atravesada por la música

Una de las temáticas más utilizadas por el músico a la hora de crear canciones se encuentra relacionada a su intriga por la muerte, hecho incomprendido por muchos personas y cuestionado por otros. Sin embargo, Dillom asegura que hablar de estos temas es una forma de sacarlos del "tabú", al igual que los suicidios.

"La muerte es una temática que suelo tratar bastante. Me parece muy interesante porque, la verdad, es que nos morimos y nadie sabe qué pasa. Es uno de los enigmas más grandes de la vida ¿no?", analiza.

En cuanto a su teoría sobre el más allá, explica que para él "te desconectás", "dejás de existir y ya". "Quizás a veces me pasa que son temáticas sensibles a tratar, pero siento que también tratarlas es como que les saca un poco de tabú y del lugar de 'sobre esto no se puede hablar'. Son cosas que pasan, y hablar de ellas tal vez le pueda llegar a ayudar a sentirse identificada a alguna persona que está en esa situación. Mi intención siempre es eso, provocar algo bueno, nunca lo contrario".

Respecto a sus mejores sensaciones sobre su infancia, tienen tintes vinculados a la música. "Mi primer recuerdo es estar escuchando de chiquito, con mis papás, Los Ramones y Bob Marley. También recuerdo que tenía un discman, de esos en los que ponías el CD. Después me compraron un MP4 re trucho traído de Paraguay porque estaba loco con la música", recuerda.

"Incluso tenía una guitarra de plástico con la que lo volvía loco a mi papá. Estaba todo el día con eso, era mi juguete favorito. Así que un día cuando tenía unos ocho años le dije que quería aprender a tocar la guitarra, pero él me retrucó: 'No, vos tenés que aprender a tocar el bajo'. Yo no tenía ni idea que era un bajo, arranqué a tocarlo y fue mi primer contacto con la música", memora quien para su segundo disco decidió volver a acercarse a los instrumentos "y conectarme a una parte mía que tenía un poco olvidada".

"... La verdad es que me encanta -continúa el concepto-. Por mucho tiempo me alejé de los instrumentos y empecé más experimentar con la computadora. Ahora como que retomé bastante contacto con el instrumento. Volví a tocar el bajo, la guitarra, aprendí piano. También sabía que este disco me iba a exigir tener conocimientos que no tenía. Entonces fue un poco aprender un montón de cosas y ponerlas en práctica", redondea Dillom.

-¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre?

-Ehh... Y juego unos FIFAs. Pero es medio paradójico porque digo "me voy a relajar", y después me rompen el o... y termino re caliente revoleando los joystick. Pero sí en mi rato libre juego al FIFA. Algo que también me gusta es llegar a casa, prender el sahumerio y darme un baño de inmersión. Se podría decir que soy un fanático del spa, con sales de baño, velas, aromatizantes. Haciendo eso bajo mil cambios.

-¿Cuáles son tus amigos dentro de la música?

-No te voy a mentir: soy bastante cerrado en cuanto a amistades. Nunca tuve amigos así por fuera de lo que es mi grupo. Nosotros tenemos una red que es la Rip Gang, un grupo muy cerrado, no solemos juntarnos mucho con gente de afuera. En un punto somos bastantes endogámicos (risas). Pero bueno también la gente con la que te juntás siempre fue como una cuestión filosófica. Yo siento que si me junto con alguien que considero amigo debo tener algo en común, una forma de ver la vida, una forma de ver la música. Amigos por afuera del grupo, si querés, podría nombrarte a Lali Espósito, Andrés Calamaro y los chicos de Miranda.

-¿Y seguís teniendo amigos de cuando no eras famoso? ¿Capaz de la escuela o el barrio?

-Muy pocos, pero sí. Pasa que yo al llevar esta vida... un poco es otro el ritmo. Yo me acuerdo que cuando yo estaba haciendo shows o ya viajando, tocando por ahí, mis amigos seguían en el colegio. Entonces llegó un punto en el que no tenía nada en común con con ellos. Y siento que cuando ya estás tan en otra es hasta medio forzado a veces juntarse. Hay mucha gente con la que me dejé de juntar no por nada en especial, si no porque la vida misma te lleva por otros lados. Es muy fácil que alguno te diga: 'Eh, te olvidaste de tanto, te olvidaste de los pibes y no sé qué'. Pero bueno, así se da la vida.

El artista y sus sueños

Conocido en gran parte de Latinoamérica, Dillom ya tiene gran cantidad de fechas pactadas para empezar su gira en Europa, pasando por ciudades como Barcelona, Valencia, Madrid y Málaga. Sus sus sueños no terminan ahí: a futuro, el joven oriundo de Balvanera espera poder dejar "una huella" en la cultura argentina. "Realmente mi sueño final es ése. Haber logrado dejar una huella en lo que hice e inspirar a mucha gente. Quizá de próximas generaciones. Volverme un referente en ese sentido", sueña frente a Revista GENTE.

-Además, a vos te gusta salir un poco de lo "comercial", por así decirlo...

-Sí, un poco bastante, la verdad. Y estoy muy agradecido porque con las cosas que suelo hacer es muy difícil estar en el mainstream. Quizás soy muy mainstream para el under y muy under para el mainstream. En algunos puntos como que no llego, ya que por más que soy muy conocido y comercialmente me va bien, puedo llenar estadios como el Movistar Arena, también hicimos un Luna Park... En ese sentido no me puedo quejar. Aunque, bueno, sé que después no me puedo medir mano a mano con María Becerra. Es como un punto medio extraño. Pero yo no pretendo mucho más que esto y estoy muy contento y muy agradecido por el apoyo de la gente y por todo lo que me viene pasando.

Fotos: Chris Beliera
Producción: Sofía Perez y Santía

Video: Miranda Lucena
Diseño de tapa digital: Darío Alvarellos

Retoque digital: Gustavo Ramírez
Dirección creativa: Andrés Capasso
Producción creativa: Rocío Gastaldi
Estilismo: Catalina Gastal Vetrano
Maquillaje y peinado: Pepe Escalanta
Prensa: Fran Caiella
Agradecemos a Sushi Club (@sushiclub_ar) y muy especialmente a Sofía Olivera

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