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Album Reviews

bar italia

Tracey Denim

Portada del álum "Tracey Denim" de bar italia.
8.5
Words Antonio Rodríguez Molina

Realmente nunca se fue, pero aquello que se ha llamado música indie (con todas sus acepciones y problemáticas) está viviendo también su papel protagonista en este torbellino de revivals y tendencias que vuelven. Es más, se dice y se comenta por internet que el motivo principal es que la gente necesitaba poder sostenerse mental y emocionalmente durante la pandemia con un tipo de músico más orgánica (y nostálgica). Sea como fuere, la guitarra nunca se fue, y dejando a un lado géneros musicales, nos sigue regalando momentos innovadores y especiales en el panorama pop internacional. Este año, los grandes elegidos para ello son bar Italia, la banda de Reino Unido que se colocado en lo más alto de lo trendy este año con su tercer álbum; Tracey Denim. Hay muchos motivos para ello, como la enigmática semblanza que rodea a este grupo, pero el principal es que es un disco muy, muy bueno.

bar italia es un trío londinense formado por Nina Cristante, Jezmi Tarik Fehmi y Sam Fenton, cuyo disco Tracey Denim lleva 20 días a la venta, el primero que han publicado dentro del sello Matador. Previamente, sus publicaciones anteriores han aparecido de la mano del sello póstumo de Dean Blunt, World Music, convirtiéndoles en una especie de objeto de adoración del punk rock más selecto; arty y snob a la vez. Eyes filled with “why’s” / Causing the heart to turn relata el tema que abre el disco; guard es una canción cuyo eje es un piano jazzístico que da comienzo el disco de referencia del post punk de 2023. Guitarras lo justamente sucias y un aire de sofisticación formato Tobacco continúan el trayecto en F.O.B., una de las canciones más dinámicas del disco. A pesar del misterio que rodea a la banda, Nina, Jezmi y Sam llevan años revoloteando por el underground londinense y eso se vuelca inevitablemente en la creación de su sonido único. Algo que se refuerza en el que ha sido el último single del grupo, Nurse!, y que recuerda a The Stone Roses, a The XX con el combo de las voces de los dos vocalistas, a Joy Division, en lo narcótico. Y es que hay algo bastante transversal en el sonido de esta banda: recrea con éxito una especie de tangente que aborda la historia del pop rock británico de los últimos 40 años, trayéndolo a la actualidad. Por eso, también, este tema es una de las mejores canciones del año. La letra relata You said, “I’m coming alive” / Haven’t felt this way since you were twenty-one, y en un contexto diferente en el que ya no se baila el indie en los bares podría bien ser el nuevo I Bet You Look Good on the Dancefloor.

punkt es otro de los adelantos del disco, y gran generador de toda esta anticipación, y que con una estructura más habitual en canciones de este corte, promete a través de inuendos: I’m walking ’round the room telling anyone / That I’m not a jealous guy / Looking for a place to hide / Can I come inside?. Una pequeña actualización del Come Together.

Hay dos cuestiones importantes a tener en cuenta para entender la calidad del disco, la razón de su éxito. La primera es la percusión, una vuelta a una producción más orgánica como la standard en los 90, que les convierte en redentores de la industrialización más reciente de este género y les sitúa en un punto inevitablemente melancólico: he aquí la cuestión de apego al post rock en plena pandemia. La otra es la capacidad de haber generado un sonido más o menos elocuente en el siglo XXI, en un plano antistreaming. El tracklist juega muy a su favor, equilibrando el factor de que la corta duración de las 15 canciones que forman el disco es lo más contemporáneo que tiene. Temas como maddington, my kiss area o harpee dinamizan el transcurso de Tracey Denim, y contribuyen a la actitud desafiante a la par que desenfada de las letras del proyecto.

changer es otro de los momentazos del álbum: Didn’t get the chance to say, I want more / Doesn’t have to be this way, it’s too pure. La banda articula el deseo de la generación Z de una forma muy específica y extremadamente bien ambientada. El disco está masterizado por Marta Salogni, responsable de la impecabilidad de las mezclas en los últimos proyectos de grandes como Björk, Bon Iver, o Depeche Mode. Esto se traduce aquí como un minucioso trabajo bien comparable al montaje de una película, en la que es tan importante la continuidad como la pericia de limpiar lo justo; el sonido es natural pero bien ideado, fuera de algoritmos, y tiene una profundidad más habitual en artistas pop. Horsey Girl Rider, una buena elipsis que evoca una reflexión sobre la identidad urbana; o NOCD (Not our class dear, un término peyorativo usado por la alta alcurnia londinense de los 50), que lleva esta cuestión a un plano superior y casi fiolosófico Why keep on looking for the right reason to live / But the wrong right person to love / Don’t you see the walls of heaven / Pressing against your door.

Es muy relevante explicar que el nombre de la banda tiene mucho que ver con el subtexto de su obra; bar italia es el último tema de Different Class, el aclamado quinto álbum de Pulp, del que Stephen Thomas Erlewine de AllMusic dijo en su momento que creaba un denso retrato de la vida suburbana y obrera. El título hace referencia a su vez al Bar Italia, uno de los locales más elegantes del Soho londinense, en Frith Street, donde Nina, Sam y Jezmi aparecen con una actitud muy cool en el vídeo de Nurse!. Y de alguna forma, bar italia recuperan aquello que en su momento ha sido característico de la escena musical británica; innovadora pero inevitablemente atravesada por las cuestiones de clase; desenfada de una forma pretenciosa pero con carácter y reflexiones sociales; con una pinta en una terraza en la que se habla al final del día de trabajo sobre las noticias, los tabloides, lo poco que acompaña el tiempo.

Por eso hay mucho romanticismo en este Tracey Denim, más allá de un sonido óptimo. Está presente una actitud y narrativa similar a la de las obras de William Blake, John Keats o incluso Mary Shelley. Precisamente, es en uno de los mejores temas del disco, Friends, en el que Sam canta: We all hate getting left behind / But sometimes it’s for the best / Call me back tonight / I can tell you’re feeling pressed. Puede que el contexto no acompañe, que la industria musical no tenga paciencia para este tipo de proyectos, o incluso que esta presuntuosa portada creada con una máscara de Photoshop y una estética dejada (pero muy pensada) no nos adviertan de que no sólo estamos ante un disco impecable; sino que podría tratarse de un importante hito en el pop rock británico, casi generacional. Más allá de esto, del indie o de las referencias, Tracey Denim es una grandiosa colección de canciones para escuchar como BSO de una fiesta en casa, por la noche frente a la luz del ordenador, o en un contexto onírico mañanero en compañía acalorada. Las guitarras están aquí, y aunque ya no haya bares donde bailarlas, suenan mejor que nunca, igual que siempre.

Escucha Tracey Denim en su totalidad a continuación:

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