sucesos 

"Ha sido una experiencia dura porque estaba a 13 bajo cero, pero eran mis ovejas"

El pastor Martín Lahoz, de 56 años, agradece a la Guardia Civil, a su familia y al alcalde de Azuara todo lo que han hecho para salvarlo de la paridera.

Martíon Lahoz, el pastor de 56 años de Azuara, abre la paridera cuando lo rescataron los miembros de EREIM de la Guardia Civil de Tarazona la madrugada del miércoles.
Martíon Lahoz, el pastor de 56 años de Azuara, abre la paridera cuando lo rescataron los miembros de EREIM de la Guardia Civil de Tarazona la madrugada del miércoles.
Guardia Civil

Martín Lahoz, un pastor de 56 años, decidió el martes a primera hora de la mañana acudir a las dos parideras que tiene situadas a unos 12 y 17 kilómetros de distancia de Azuara, respectivamente, en el barranco de la Magdalena, donde tiene alrededor de 350 ovejas. Quería atenderlas después de la gran nevada del fin de semana y se encontró zonas del camino desde 50 centímetros hasta un metro de nieve. Aunque se fue pertrechado con algo de comida (un bocadillo, leche y fruta) y algo de ropa de abrigo, no pensaba que iba a tener que quedarse aislado con las ovejas a diez bajo cero, atendiéndolas después de encontrar «diez bajas» como consecuencia de la ola de frío.

El pastor se fue andando y a la primera paridera tardó en llegar siete horas, sobre las 15.00, y a la segunda, pudo llegar a las 18.00. Su hermana Josefina, muy preocupado por el devenir de Martín por el frío que estaban pasando y que no podía regresar con la paliza que se había metido, avisó a la Guardia Civil para que pudieran rescatarlo ya que la nieve iba a impedir su regreso a casa. «Gracias a Dios y a los guardia civiles pudieron traerlo. Me preocupaba que se hubiera quedado allí y se lo dije al alcalde. No podía perder a mi hermano que no era un animal», explicó ayer la hermana del pastor, muy emocionada.

Martín se había dado una verdadera paliza para llegar hasta el lugar de las ovejas y sin medios suficientes porque solo llevaba un bastón y lo acompañaba el perro. Le dijo a su hermana que no podía volver a casa esa noche después de sufrir el camino.

El hombre se encontraba en una paridera para alimentar el ganador, pero el espesor de la nieve y el frío le impedían regresar a su casa.

Josefina recibió al cabo primero jefe del EREIM de la Guardia Civil de Tarazona, Diego Tudela, en su casa para explicarle donde se encontraban las parideras, en el barranco de la Magdalena, aunque el camino era malo y la nieve lo tapó. Al final, el padre del pastor, de 83 años, se lo detalló como pudo a los guardias civiles a su manera para guiarlos. Eran las 00.00 cuando salieron en la búsqueda, ayudados por ropa de abrigo para la ruta que les dejó la familia y la comida que llevaban.

El jefe del EREIM relató que fueron con el todoterreno hasta un lugar que era imposible seguir, se subieron a las raquetas y tuvieron la suerte de seguir unas huellas. Tres horas después, localizaron la paridera y tras escuchar el perro y las ovejas, encontraron a Martín, que estaba aterido de frío, agotado y con principio de hipotermia. Se encontraba bajo unas condiciones térmicas de 13 grados bajo cero, con ventisqueros y fuertes rachas de viento.

«Martín nos dijo que estaba muy cansado. Cuando vimos sus huellas nos sorprendió que hubiera resistido todo el camino en estas condiciones. Había sido un jabato. Otro cualquiera hubiera regresado. Solo llevaba un bastón y unas botas de plástico», relató el jefe del EREIM. «Al encontrarlo, no sentía las manos y estaba deshidratado porque sufrió mucho el frío. Lo pasó bastante mal».

Los guardia civiles al pastor le dieron té caliente, agua y frutos secos para que se recuperara, le facilitaron ropa de abrigo y unas raquetas para caminar mejor en la nieve y regresó con ellos a su ritmo muy lento porque estaba agotado. Hacia las 6.15 llegaron al todoterreno, donde pusieron la calefacción a todo gas para que se recuperara, y llegara a su casa en Azuara casi un día después.

«Ha sido una experiencia dura con la climatología porque estaba a 13 bajo cero. Resistí porque tengo costumbre a casi todo. Eran mis ovejas. Soy de una profesión en extinción», confesó el pastor Martín Lahoz a HERALDO. «Doy las gracias a todos los que me ayudaron para poder volver» (menciona a la Guardia Civil, a la familia y al alcalde de Azuara).

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