Trastornos somatomorfos: Los distintos tipos de somatización

Seguro que has oído hablar alguna vez de la somatización, pero ¿sabías que hay distintos tipos de trastornos somáticos? Entra y descubre cuáles son y los factores de riesgo involucrados.

24 FEB 2023 · Lectura: min.
Trastornos somatomorfos: Los distintos tipos de somatización

La somatización se caracteriza por la presencia de síntomas físicos que no tienen una causa orgánica. Sin embargo, la no presencia de una enfermedad médica que sustente dichos síntomas, no significa que la persona no los sufra ni que no interfieran de manera negativa en su vida. Al contrario, las personas que sufren esta problemática, se sienten incomprendidas y desgastadas emocionalmente, producto de la búsqueda de un diagnóstico que no encuentran. 

Aunque en muchas ocasiones se hable de la somatización como una problemática general, la realidad es que existen diferentes trastornos que tienen como base la somatización. Sigue leyendo para descubrir cuáles son, qué diferencias hay entre ellos y los factores de riesgo para desarrollar este tipo de trastornos. 

¿Qué son los trastornos de somatomorfos?

Los trastornos de síntomas somáticos (también llamados somatomorfos o trastornos psicosomáticos) son un grupo de trastornos que comparten una característica en común, la presencia de síntomas físicos que no tienen causa médica, pero que generan un malestar y deterioro significativo en sus vidas. Por lo tanto, los trastornos somatomorfos giran en torno a la somatización

Cuando hablamos de somatización puede pasarnos por la mente la idea de que la persona se está inventando dichos síntomas, sin embargo, por lo general esto no se hace de forma consciente aunque en niños y adolescentes es más complicado establecer el nivel de control consciente que ejercen sobre los síntomas. 

Las personas con trastornos de síntomas somáticos tienden a buscar ayuda profesional rápidamente, pero siempre desde servicios de atención primaria ya que atribuyen este malestar a causas físicas y no a psicológicas. Por lo tanto, en la mayoría de los casos, es después de múltiples pruebas médicas y tratamientos que se identifica una causa psicológica.

¿Qué tipos hay? 

Según el DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales), hay distintos tipos de trastornos somatomorfos y aunque todos giran alrededor de la somatización, los síntomas de cada uno de ellos varían entre sí. 

Trastorno de síntomas somáticos

Las personas que tienen un trastorno de síntomas somáticos es común que presenten varios síntomas físicos que les generan malestar y que interfieren de forma negativa en su día a día, aunque en ocasiones, puede presentarse únicamente un único síntoma que genera malestar.  Los síntomas pueden ser tanto específicos o más generales por lo que varía entre personas, pudiéndose presentar, por ejemplo, dolor localizado en una área concreta del cuerpo o bien, en otra persona un síntoma más inespecífico como la fatiga. Aunque no haya una explicación médica de estos síntomas no quiere decir que las personas no sufran, el sufrimiento de las personas es auténtico y no es fingido. 

Además de los síntomas físicos, las personas que padecen este trastorno tienen un elevado grado de preocupación por la posible enfermedad lo que les lleva a evaluar de forma constante las sensaciones corporales acabando por concluir lo peor sobre su propia salud. De hecho, en ocasiones, los síntomas del paciente pueden ocupar un papel central en la vida de la persona afectando a sus relaciones interpersonales, al ámbito laboral, etc. y es común que curse con la presencia de otros trastornos psicológicos como trastornos depresivos y de ansiedad

Trastorno de ansiedad por enfermedad

El trastorno de ansiedad por enfermedad también es conocido comúnmente como hipocondría. A diferencia del anterior, no aparecen síntomas físicos como tal, sino que el malestar gira en torno a una excesiva preocupación por padecer o contraer una enfermedad grave, por lo que significaría vivir con esa enfermedad. Esta preocupación le lleva a presentar elevados niveles de ansiedad y una constante preocupación y alarma por sus sensaciones corporales, lo que los lleva a autoexaminar de forma obsesiva su cuerpo. Esta preocupación y alarma también se activa al escuchar noticias sobre enfermedades, al escuchar que alguien ha enfermado, etc. y cualquier intento en calmarlas resulta en vano. 

Las personas con este tipo de trastorno investigan de forma excesiva los síntomas en internet y buscan consuelo constante de las personas de su alrededor, lo que acaba por generar frustración en las personas cercanas. Aunque podemos llegar a la conclusión de que estas personas acuden constantemente al médico, la realidad es que puede no ser así. De hecho, hay dos tipos de trastorno de ansiedad por enfermedad, el primero es con solicitud de asistencia médica (las personas acuden frecuentemente a los servicios de asistencia médica para hacer pruebas, procedimientos, etc.) y el segundo con evitación de asistencia (las personas evitan ir al médico por el temor excesivo a que les diagnostiquen aquello que tanto temen). 

Trastorno de conversión (trastorno de síntomas neurológicos funcionales)

El trastorno por conversión se caracteriza por la presencia de uno o más síntomas que implican la alteración de una función sensitiva o motora como, por ejemplo, parálisis, alteración visual, auditiva, etc. y estos síntomas no se deben a una enfermedad neurológica. Aunque no exista una enfermedad médica detrás de estos síntomas, el trastorno genera malestar, dado que, por ejemplo, una persona que tiene síntomas de parálisis tendrá exactamente los mismos problemas que una persona que presente una parálisis con causa orgánica. 

Es común que este trastorno se inicie tras haber sufrido algún acontecimiento vital estresante o trauma y es común que curse con síntomas de desrealización, despersonalización y amnesia disociativa. 

Trastorno ficticio

El trastorno ficticio, a diferencia de los anteriores, se caracteriza por la simulación de síntomas médicos o psicológicos. Esta simulación puede ser tanto por falsificar los síntomas o bien, por inducirse a él mismo (o a otros) una lesión o una enfermedad. Aunque podamos llegar a la conclusión de que este engaño es para obtener alguna recompensa externa como ayudas, etc., la realidad es que puede no haber una recompensa externa clara. 

Las personas con este trastorno pueden llegar a falsificar informes clínicos o a lesionarse físicamente con el objetivo de poder ser considerado por los demás como enfermos. 

El trastorno ficticio puede ser de dos tipos: 

  • Aplicado a uno mismo: La persona falsifica o se induce una enfermedad o lesión a él mismo. Se presenta como si fuese una víctima de una enfermedad a los demás, como si tuviese una incapacidad o lesión.
  • Aplicado a otra persona: En este caso, la falsificación o la inducción de la lesión es hacia otra persona como, por ejemplo, un hijo/a.

Causas de la somatización: 

No se conocen exactamente las causas de la somatización. Sin embargo, si se han encontrado factores (individuales, familiares y ambientales) que pueden predisponer, precipitar o mantener estas problemáticas: 

  1. Factores individuales: Se ha constatado que las personas con temperamento ansioso o bien, con antecedentes de ansiedad tienen más riesgos de desarrollar este tipo de trastornos. Por otro lado, también se ha constatado que el haber padecido una enfermedad física como, por ejemplo, una gastroenteritis grave, etc. puede precipitar posteriormente a la somatización.
  2. Factores familiares: Tener una familia con un estilo de crianza excesivamente sobreprotector, así como tener familiares con enfermedades de salud física, son factores de riesgo para el desarrollo de este tipo de trastornos. Además, vivir situaciones estresantes dentro del seno familiar puede contribuir o mantener síntomas somáticos.
  3. Factores ambientales: Como ya hemos comentado, el vivir acontecimientos potencialmente estresantes puede conllevar al desarrollo de trastornos que estén relacionados con la somatización como, por ejemplo, abuso y negligencia en la infancia, problemas interpersonales, etc. 

Si presentas síntomas físicos que te generan malestar, es necesario que acudas a un médico con el objetivo de poder descartar que éstos no se deban a causas orgánicas. Si aún sigues presentándolos pese haberse descartado causas médicas, es indispensable que acudas a un profesional que pueda evaluar qué es lo que te está sucediendo y poder planificar un tratamiento individualizado.

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Escrito por

Carolina Pascual Sanoner

Soy graduada en Psicología por la Universidad Autónoma de Barcelona con especialidad en psicología de la salud y psicología clínica de la edad adulta. Después de la carrera, realicé un máster oficial de psicología infantojuvenil, además de otros cursos de especialización. En la actualidad, me encuentro realizando el Máster General Sanitario.

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Bibliografía

  • American Psychiatric Association - APA. (2014). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales DSM-5 (5a. ed.5.). Madrid: Editorial Médica Panamericana.
  • Cabrera, A., Vallejos, A., Betancourt, L. y Ruíz. A. (2008). Trastornos somatomorfos. Revista Facultad Medicina, 51 (4), 147-149. http://www.ejournal.unam.mx/rfm/no51-4/RFM051000404.pdf
  • Fiertag, O., Taylor, S., Tareen, A. y Garralda, E. (2012). Trastornos somatoformes. Psiquiatría infantil y pediatría, 1. https://iacapap.org/_Resources/Persistent/add04b831ad2e83ee209706ae9143f8ec9564b87/I.1-Somatoform-spanish-2017.pdf

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